El salto

El salto

by Ariel Coro
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by Ariel Coro

eBook

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Overview

Puedes tratar de ignorarla pero es inevitable. La tecnología está transformando tu vida y el mundo que te rodea a una velocidad prácticamente incomprensible. Las reglas del juego han cambiado: desde como buscar un trabajo, educarte, promover o financiar tu negocio y hasta proteger a tu familia. Para ser exitosos, es imperativo entender cómo aprovechar estas nuevas herramientas a tu favor. En este revelador libro, Ariel Coro, el principal experto de tecnología para la comunidad hispana, te ofrece justamente eso: un pasaje a este nuevo mundo que te ayudará a lograr tus metas y alcanzar tus sueños. El salto es un manual de supervivencia para los tiempos que estamos viviendo. Ofreciendo útiles ejemplos y recursos gratuitos, Coro te mostrará cómo sacar el máximo provecho de este nuevo mundo para encontrar una ruta más directa y rápida hacia el éxito. No te quedes atrás. Conéctate y atrévete a dar “el salto” hacia un brillante y exitoso futuro.


Product Details

ISBN-13: 9780307947420
Publisher: VINTAGE ESPAÑOL
Publication date: 02/07/2012
Sold by: PENGUIN RANDOM HOUSE GRUPO EDITORIAL
Format: eBook
Pages: 240
File size: 2 MB
Language: Spanish

About the Author

Ariel Coro es el experto en tecnología más reconocido en la comunidad hispana. Su mensaje educativo llega a millones de hogares a través de la televisión, la radio, los periódicos y la Web, y su columna semanal es publicada y sindicada en el diario La Opinión.

Read an Excerpt

1

Motívate

“Nunca dejes que te intimiden a quedarte callado, nunca dejes que te conviertan en una víctima. Nunca aceptes la definición de otras personas sobre cómo debes vivir tu vida. Defínela tú mismo”.—Harvey Fierstein

“Piensa por ti mismo y concédele el mismo privilegio a los demás”.—Voltaire

Nadie puede detener el progreso. De hecho, la tecnología evoluciona a un ritmo cada vez más acelerado. Según Kevin Kelly, un estudioso de la tecnología, en el siglo xix hubo más adelantos tecnológicos que durante todos los siglos previos en la historia de la humanidad. Y en solamente los primeros veinte años del siglo xx hubo más adelantos que en todo el siglo xix. A este ritmo, en el siglo xxi, tendremos un progreso tecnológico mil veces mayor que el del siglo anterior. ¿Estás preparado para enfrentarte a este cambio?

Cada día que pierdes desconociendo los avances tecnológicos representa semanas que te llevará actualizarte. Cada mes que pierdes representa años que necesitarás para mantenerte al día. Cada año que pierdas será imposible de reemplazar, ya que cuando hablamos de tecnología, hay que medir el crecimiento de manera exponencial.

¿Qué es el crecimiento exponencial?

Los seres humanos piensan linealmente, en suma y en secuencia, por eso nos puede costar trabajo entender el desarrollo súper rápido del mundo de la tecnología que funciona en múltiplos.

Gordon Moore, un ingeniero de Intel, predijo que la capacidad de procesamiento se iba a duplicar cada dieci­ocho meses, y a la misma vez, el precio de los productos tecnológicos se iba a reducir a la mitad. Esto es debido a la miniaturización creada por el avance en los materiales y técnicas de fabricación sumado a la consecuente bajada en el precio de los mismos. Cada dieciocho meses se pueden instalar el doble de transistores en un circuito por la mitad del precio. ¿Qué significa esto para ti?

Como consumidor, esto es una ganga: hoy en día puedes comprar una computadora o equipo electrónico que es miles de veces más rápido, con más memoria, y con muchísimo más espacio que hace solo dos años, por una fracción del precio. Esta ley se aplica tanto a los circuitos integrados como a los procesadores, pero tendencias similares hacen que los otros componentes sigan bajando de precio, desde discos duros con capacidades gigantescas hasta cámaras fotográficas que ya tienen censores con suficiente resolución para tomar fotos con calidad cinematográfica en alta definición.

Para apreciar este fenómeno del crecimiento exponencial, te voy a contar una historia que aprendí de muchacho: la fábula del maestro de ajedrez.

Un rey muy poderoso desafió a un anciano y sabio maestro de ajedrez a una partida. Después de días jugando un juego muy intrincado, el rey perdió y le pidió al anciano que escogiera su premio. Podía ser lo que quisiera de su reino, ya que después de tal derrota nada más tenía significado para él. El rey, que gobernaba un reino próspero y extravagante tenía fama de ser muy tacaño, pero también de ser hombre de palabra.

El anciano sabía que el rey no iba a comprometerse a un gran botín y que en ese momento sus sentimientos estaban heridos. Por eso, le propuso una simple fórmula para recibir su recompensa.

—­Su majestad —­le dijo—­, yo solo quiero recibir mi recompensa en granos de arroz.

Y el rey respondió afirmando con la cabeza, ya que la propuesta del anciano sonaba humilde.

—­Vamos a tomar este tablero de ajedrez —­dijo el anciano—­. Hoy, usted me da un grano de arroz por la primera casilla del tablero de ajedrez, mañana vengo a buscar dos granos por la segunda casilla, y pasado mañana, cuatro por la tercera, luego ocho por la cuarta y así hasta que lleguemos a la última casilla, la casilla número 64.

El rey se sonrió y pensó: “Este tonto anciano no tiene idea del valor de nada y me voy a liberar de él con solo unos granos de arroz. El anciano visitaba el palacio todos los días para recolectar la cantidad exponencial de sus granos de arroz, hasta que pronto los sirvientes del granero del rey fueron a verlo alarmados”.

—­¿Qué pasó? —­dijo el rey.

—­Su majestad, el anciano ha estado viniendo todos los días a recolectar su cantidad de arroz. Al principio eran solo unos granos, pero al pasar los días se nos está volviendo una tarea imposible. Muy pronto no va a haber suficientes granos de arroz en todo el reino para pagar su deuda con el anciano.

El rey todavía no entendía el problema hasta que el administrador del granero le indicó la cantidad de granos que iban a hacer falta: 18.446.744.073.709.551.615 granos de arroz. Eso era más que el arroz de todo su reino y de todos los reinos vecinos. De hecho, es más arroz de lo que ha producido la humanidad desde su existencia.

Este número no es sorprendente cuando nos referimos al crecimiento exponencial contra el crecimiento lineal. Si se hubiera crecido linealmente, solo se hubiera añadido un grado por cada casilla, y la suma sería de 64 granos de arroz en vez de ese número gigantesco que hasta cuesta trabajo pronunciar.

No me acuerdo el final de la historia, pero podemos imaginar que el rey no se puso muy contento cuando se enteró del truco del anciano. La lección de esta fábula es sencilla y fundamental: en el mundo del avance tecnológico que nos rodea, necesitamos aprender a pensar exponencialmente, porque estas son las reglas que gobiernan el nuevo mundo en que vivimos. Debido a esta velocidad de crecimiento, las consecuencias son mucho más profundas.

En su libro The Singularity is Near, el inventor Ray Kurzweil explica que si seguimos avanzando a esta velocidad, vamos a necesitar integrarnos físicamente con las tecnologías para poder lidiar con nuestro ambiente. Este no es un concepto nuevo, de hecho hemos utilizado la tecnología para aumentar nuestra capacidad por siglos. Hemos construidos herramientas que nos ayudan a aumentar nuestra fuerza y la capacidad de nuestros sentidos, desde una pinza que se vuelve “parte” de nuestra mano para poder apretar una tuerca, hasta los binoculares que utilizamos para aumentar nuestro sentido de la visión. Sin embargo, las tecnologías que menciona Kurzweil parecen cosas de ciencia ficción, pues señalan que prácticamente nos vamos a convertir en autómatas.

Estos cambios tecnológicos dramáticos ya están ocurriendo bajo nuestras narices y, si no comenzamos a educarnos sobre este nuevo mundo del mañana cercano, las consecuencias pueden ser catastróficas.

¿Cuáles son las consecuencias de este desarrollo súper acelerado?

El futurólogo Alvin Toffler elaboró un concepto en los años 70 al cual llamó “shock del futuro”. Toffler lo define como un estrés aplastante y una desorientación que afecta a las personas al exponerlas a muchos cambios en un corto período de tiempo. Hoy en día, el progreso tecnológico se alimenta de su propio éxito, y mientras más tecnología existe, más rápidamente avanza. Es una avalancha tecnológica que es imposible de controlar y que puede causar un gran nivel de frustración.

Yo creo que ya estamos viviendo ese futuro pronosticado por Toffler. Lo voy a renombrar “shock del presente”, porque el presente de hoy no es más que una versión del futuro previsto del ayer. Hoy todavía no viajamos en autos voladores, ni vivimos en ciudades en las nubes, ni tenemos robots personales, pero un periódico de nuestra era contiene más información que la que estaba al alcance de una persona a lo largo de toda su vida en siglos anteriores. En estos tiempos modernos, con sólo un clic tienes acceso a bases de datos donde se acumulan conocimientos adquiridos a lo largo de muchos siglos, pero… ¿estamos aprovechando estos recursos para nuestra ventaja?

La oportunidad creada por el desarrollo del Internet

Te vendo el Internet. ¿Me lo quieres comprar? Ya sé que me vas a decir… “Ariel, el Internet no es de nadie, ¿cómo lo puedes vender?” Fuera de juegos…. ¿sabes cuánto valdría el Internet si lo fueras a comprar?

Es una pregunta que es prácticamente imposible contestar. Podemos hacer estimados, crear fórmulas y ecuaciones para estimar su valor total, pero es un medio demasiado complejo. En un estudio reciente realizado por McKinsey & Company, se cuantificaron las ventajas del Internet en una variedad de sectores en trece países y las conclusiones fueron impresionantes.

Cada año, casi 8 trillones de dólares ($8.000.000.000.000) cambiaban de manos a través de los sistemas de e-­commerce, es decir, en ventas y transacciones a través del Internet. Los Estados Unidos consolidan un 30 por ciento de ese monto, y si fueras a convertir esta suma en billetes de un dólar colocándolos en línea tocándose las puntas, crearías un cordón que llegaría al sol y regresaría a la tierra. Es más dinero de lo que generan muchas industrias, incluyendo la industria del cine creada por Hollywood.

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